Debo admitir que esta semana me
costó mucho decidir el tema del que escribiría, quería reflexionar sobre los
estudiantes, pero no quería hablar solo de la juventud, la alegría y felicidad
que significa para muchos esta época de la vida; quería centrarme esta vez en
las pruebas que pasamos y que ahora tienen que sortear muchos jóvenes en su
paso por el colegio y los primeros años de la universidad.
Para ser más específicos y sin
desviarnos en demasiados temas quisiera que nos concentremos sobre la importancia de la reputación y la
autoestima en el colegio, además de cómo manejamos estos temas los adultos
frente a nuestros hijos; todo esto si no está bien encaminado puede traer como
consecuencia el acoso escolar. Parece un tema duro para un artículo, pero como
madre pienso que es muy importante que se discutan sobre estos aspectos y que
los padres estemos más conscientes que es una realidad que puede estar
afectando a nuestros hijos.
Primero quisiera recapitular algo
de mi experiencia en el colegio, tampoco es que recuerde todo, creo que muchas
cosas se van olvidando con el paso del tiempo, pero algunos recuerdos quedan,
especialmente aquellos que asociamos con sentimientos, como el miedo de no ser
algo que quisiéramos ser, esto tal vez les pasa más a la chicas que a los
varones, trataré de explicarlo mejor.
En la adolescencia queremos ser
las más hermosas, ser admiradas por los demás tanto hombres como mujeres; pero
qué pasa cuando no cumples con ese requisito, cuando no te sientes lo
suficientemente hermosa. ¿Cómo afecta tu confianza frente a los demás?, ¿Cómo
te tratan por esta razón?, ¿Qué estás dispuesta
a hacer para cambiar? Recuerdan haberse hecho esas preguntas en su
adolescencia, si no lo hicieron, fueron afortunadas o tal vez simplemente no
estuvieron conscientes por su edad.
En la época que estudié los
primeros cursos del colegio tuve, como muchas de mis compañeras, estas
inseguridades, pero probablemente no fue tan malo porque si bien no contábamos
con el apoyo de parte del colegio con profesionales que nos guiaran y
aconsejaran, el cariño y la amistad que construimos en el aula sirvió para
superar esta etapa de la mejor manera. Sin embargo, algo para reflexionar en
este punto es la importancia que le damos a la opinión de los demás y más los
adolescentes que están recién configurando su identidad y cualquier bochorno
les parece el fin del mundo. Para nosotros que ya pasamos por eso nos parece
gracioso y hasta ridículo, pero debemos entender que para ellos es muy
importante y actuar en consecuencia.
En estos tiempos han aumentado los
peligros; la tecnología por ejemplo, trae consigo la oportunidad de documentar toda
la vida de los jóvenes, cualquiera puede filmar con su celular a sus amigos por
ejemplo tomando bebidas alcohólicas o en situaciones embarazosas y luego
compartirlas en toda la red, ¿Cómo afecta esto en la autoestima y en la
seguridad de los más jóvenes?, ¿Cómo afecta su vida y su futuro? ¿Cómo pueden
ser extorsionados los jóvenes? Esta situación actualmente se denomina ciberacoso
y es un fenómeno que va creciendo exponencialmente. Como padres debemos
informarnos sobre ello, debemos conocer el manejo de las redes sociales y lo
más importante acompañar y guiar en su uso a nuestros hijos.
Una de las peores consecuencias
de no involucrarnos activamente en la vida de nuestros hijos adolescentes es el
acoso escolar, es decir cómo algunos jóvenes más fuertes amedrentan y hasta
golpean a sus compañeros más tímidos, para demostrar algo a los demás y otros
se quedan callados y no hacen nada para defender a las víctimas. Todo esto
parece un panorama aterrador, pero las noticias nos confirman estas
situaciones, por ejemplo, el joven de un colegio local que acuchilló a su
compañero que lo había acosado durante mucho tiempo.
¿Qué podemos hacer como padres?
Pienso que lo más importante es enseñar, primero a amarse a uno mismo, a
valorarse, a verbalizar sus sentimientos; luego a respetar y tener
consideración con los demás, a ser empático con los problemas, penas y
conflictos de los otros; a no quedarse callados cuando vean una injusticia y
principalmente a pedir ayuda cuando la necesiten y ¿cómo conseguiremos esto?
Primero a través del ejemplo, de cómo tratamos a las personas con las que nos
relacionamos y también claro con la confianza que vayamos construyendo junto a
ellos, ése vínculo que le servirá para identificar como el lugar más seguro, a su
propio hogar. Pero también debemos estar atentos a cambios en su
comportamiento, notas, depresiones y si sospechamos que son acosados o son acosadores
buscar apoyo profesional, solo así formaremos seres humanos que no busquen
hacer daño a los demás para sentirse mejor ni tampoco víctimas que no defiendan
sus derechos ni de los demás.