Septiembre nuevamente me inspiró
para hablar sobre otro tema que nos concierne a todos, tal vez de forma
diferente y en niveles distintos, les hablo de la amistad. No sabía que la
palabra en sí venía de amor pero pensándolo bien es lógico porque es la
interrelación social en la que los individuos comparten un afecto personal
desinteresado.
Personalmente a lo largo de mi
vida tuve la suerte de contar con muchísimas personas, todas muy buenas amigas,
cada una de ellas enriqueció mi vida y espero poder haber hecho lo mismo; muchas
se quedaron junto a mí a pesar de no estar físicamente conmigo por lo que las considero
amigas del alma. De cada una aprendí cosas diferentes, de mi amiga Neyza, que
uno puede encontrar una persona tan parecida a ti que asusta porque eso no pasa
seguido, de Nona a ser valiente defendiendo a los que más necesitan y que la
generosidad puede ser la alegría más grande en nuestras vidas. Conocí a dos
Patys, en el colegio mi primera amiga Paty me demostró su cariño incondicional,
especialmente en los momentos más difíciles, incluso cuando nadie más se quedó
junto a mí; Paty de la universidad me enseñó que podía confiar absolutamente en
ella porque nunca me juzgaría. Nurit con su calidez y luz me sigue apoyando y
guiando; con mis amigas Marcela y Madaí compartimos diferentes etapas de
nuestra vida apoyándonos siempre.
Seguro que ustedes ahora estarán
recordando amigas y amigos de la infancia, de
toda la vida; la importancia de no vivir solos es fundamental para
cualquier ser humano, de estas interrelaciones depende nuestro bienestar
general y especialmente nuestra salud emocional, estudios científicos así lo
han demostrado, pues si en la infancia los pequeños no cuentan con amigos y
amigas pueden sufrir alteraciones emocionales y les costará más adaptarse a
nuevos espacios. Para los mayores tampoco es diferente, ya que el número de
personas que viven solas en todo el mundo va creciendo exponencialmente y para
ellas las amistades son vitales para no sentirse aisladas, aunque vivir sólo
tampoco es una condición definitiva ya que personas casadas o que viven con
familiares sufren de esta misma
circunstancia y apoyarse en amistades puede mejorar su vida.
Lo importante aquí es estar
conscientes que la amistad en nuestra vida es fundamental, justamente esta
mañana leía un cuento de Oscar Wilde que me sobrecogió, su título “Amigo Fiel”,
en esta narración el autor contaba cómo puede malentenderse lo que realmente es
la amistad y cómo a nombre de ésta alguien puede aprovecharse de quien llama su
amigo. Este aspecto negativo de la amistad que transita en una sola dirección con
fines egoístas, me recordó el caso de la
señora Tomasita Machaca que fue esclavizada durante más de tres décadas, fue
entregada por su padre para cumplir una deuda, es decir que el trabajo no
remunerado de 36 años debía pagar una deuda x; aquí debemos ser sinceros con
nosotros mismos, ¿éste es el único caso? ¿Acaso no existen muchas niñas y niños
entregados a sus padrinos “ricos” para que vivan con ellos cuidando a sus hijos
o sirviéndoles como una forma de honrar una amistad y claro, según los padrinos
darles una mejor vida que no conseguirían con sus progenitores?
Por todo esto, ahora les reto a
preguntarse ¿para qué quieres un amigo?, como yo seguramente muchos dirán para
no sentirme sola, para que nos apoyen en momentos difíciles, para compartir
intereses, actividades, etc. Si lo repensamos la mayoría son razones egoístas
solo pensando en nuestro bienestar, por eso tendríamos que completar la
respuesta a esta pregunta añadiendo: para querer a ese amigo, brindarle mi
ayuda, estar para él o ella cuando me necesite, así la reciprocidad será
completa y por tanto se manifestará en una amistad sincera.
En conclusión es importante no
dejar que una amistad se enfríe a pesar de la distancia y el tiempo, porque no
es fácil encontrar buenos amigos, de ésos que no desaparecen aunque sean malos
tiempos y que más bien están firmes a tu lado, de los que se alegran por tus
logros y tu felicidad compartiéndola sinceramente; pero también de los que te
dicen la verdad aunque no te guste o no sea lo que esperas, todo por ayudarte.
Así la amistad debe ser un aspecto de nuestra vida que nos ayude a ser mejores
seres humanos, que nos aliente a construir conjuntamente el bien para todos, y
no sólo nuestra; que ilumine nuestros días obscuros aunque sea solo con la
presencia del otro y nosotros también seamos luz para ellos, porque la amistad
la podemos vivir dentro de nuestra familia con nuestros hermanos, con la
pareja, porque su base de correspondencia contribuirá a mejorar todas nuestras
relaciones. Hagamos más amigos, abramos nuestro corazón y nuestra vida a más
personas, porque “La amistad es el más bonito de los regalos de la vida”.
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