Plantearse
¿igualdad o equidad? Para las mujeres, estando cerca el Día Internacional de la
Mujer este tema parecerá muy trillado; pero como trato de hacerlo siempre,
reflexionaré desde una perspectiva muy personal. Para mí todo empezó cuando
decidí ser madre por primera vez, estaba trabajando como responsable de un
proyecto y tenía bastante autonomía creativa, lo cual para mi profesión es una
ventaja; sin embargo también es cierto que un conflicto de intereses precipitó
mi renuncia.
En ese momento
creí que era la mejor decisión, ya que podría dedicarme a disfrutar mi embarazo
y luego la crianza de mi niño; sin embargo en el transcurso de la segunda
etapa, es decir cuando mi hijo ya nació muchos dilemas empezaron a surgir en mi
cabeza, mi vida definitivamente había cambiado, debía estar dedicada
completamente a mi bebé para darle leche y todo lo que necesitara día y noche,
además de la responsabilidad de los quehaceres del hogar y la verdad es que presentía
que para mi esposo poco había sido el cambio.
Pero no quedaron
ahí mis disyuntivas, una de las más importantes al transcurrir más tiempo fue
mi preocupación de volver a trabajar habiendo “perdido” dos años de experiencia
laboral; por otra parte me preocupaba cómo dejaría a mi hijo para trabajar ocho
horas y quizás lejos de casa. Es así que empecé con trabajos que podía hacer en
casa hasta que me ofrecieron otro con horarios, dejar a mi pequeño con mi madre
o suegros parecía la solución ideal; sin embargo no paraba de sentirme culpable
por no estar allí.
Es en momentos
como estos es cuando te das cuenta, por experiencia propia, que la vida de las
mujeres es más complicada y que la lucha de muchas organizaciones pro derechos
de las mujeres debían tener una
preocupación más, aparte de temas tan importantes como la educación, la salud,
la seguridad y la alimentación de mujeres. No obstante, en este tema en
específico, no todos estos movimientos buscan lo mismo, existen aquellos que
buscan una igualdad absoluta con los hombres y otros por su parte una equidad
de género; personalmente me inclino por los segundos porque me parece que la
lucha de las mujeres en estos tiempos tiene que ser por un trato justo tanto
para hombres y mujeres, pero de acuerdo a nuestras propias necesidades y
diferencias; ya sea con un trato equitativo o con uno diferenciado pero que
será equivalente en lo que se refiere a los derechos, los beneficios, las
obligaciones y las oportunidades que la sociedad les ofrezca a ambos.
Esto en la vida
real quiere decir que si bien hombres y mujeres debemos ser iguales frente a la
ley y a las oportunidades otros aspectos en realidad deben ser equitativos, es
decir que se dé a cada quien lo que necesita, por ejemplo en el área laboral,
hombres y mujeres deben tener las mismas oportunidades a optar por un cargo,
aunque la mujer tenga planeado ser madre; y por tanto si esta trabajadora es
madre ella debe tener todos los derechos que esto conlleva por su diferencia con
su colega varón. La maternidad en ningún caso debía ser un óbice para
mantenerse en un cargo o acceder a uno nuevo Pienso que sólo así una
profesional podrá tener la misma posibilidad de realizarse, en esta nueva era.
Si bien hace
pocos años atrás, por ejemplo la generación de mi madre tenía pocas
oportunidades, primero de estudios y más aún de trabajo; por lo tanto a muchas
mujeres solo les quedaba convertirse en amas de casa de tiempo completo
dependiendo económicamente de su esposo si lo había y sino aceptar cualquier
trabajo y además hacerse cargo de su hogar. Actualmente, parece que la balanza
pesa en el extremo contrario, pues son más las jóvenes que prefieren
concentrarse en su carrera profesional creciendo en el ámbito laboral y dejando
de lado la maternidad y la formación de una familia.
Ninguno de estos
extremos pueden ser buenos para la mujeres, pues si viviéramos en sociedades
más equitativas y nuestro gobierno trabajaría en políticas que garanticen la
inclusión del talento, las aptitudes y la energía de las mujeres en todos los
ámbitos; nosotras no tendríamos que escoger ninguno de estos extremos y
podríamos vivir tanto la maternidad y la vida familiar, así como la vida
profesional plenamente, porque las oportunidades equitativas y nuestros derechos
estarían garantizados en las fuentes laborales, además que dentro de nuestros
hogares, nuestras parejas trabajarían junto a nosotros en los quehaceres, el
cuidado y educación de nuestros hijos lo que nos daría más tiempo para nuestro
desarrollo profesional. Personalmente, me encantaría poder contar con un
trabajo de medio tiempo o que pueda hacer en casa para seguir viviendo mi
maternidad.
Por tanto es
importante que como mujeres seamos conscientes que no somos ni seremos iguales
a los hombres y que si bien podemos serlo como ciudadanos y seres humanos,
debemos diferenciarnos en otros aspectos para tener un trato equitativo y así
no tener que dejar de lado uno de los aspectos de nuestra vida, ya sea el
familiar o el profesional, porque ambos son importantes para realizarnos como
seres humanos íntegros. Entonces respondiendo la pregunta ¿igualdad o equidad?
Debo decir que ambos en la medida correcta construirán una sociedad más justa
no sólo para nosotras las mujeres sino también para nuestros pares los hombres.
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