miércoles, 8 de febrero de 2017

Consciencia Ciudadana en Carnaval

La noticia sobre la aprobación del juego con agua en los días de carnaval por el Consejo Municipal de Sucre ha causado reacciones negativas en la población, por ejemplo en redes sociales como Facebook y Whatsaap pude ver post en contra de esta decisión como una que decía: “Degradados a la inconsciencia y la jarana… pobre ciudad, tan bella, con una historia increíble y con tanto daño ahora…” y otra muy interesante “Será que de la forma en que recordamos los sacrificios de animales como ofrendas, los gladiadores, los esclavos que se mataban como espectáculo, algún día nuestros descendientes nos recuerden y digan: ¿festejaban botando agua dulce tratada?... Qué salvajes”. Esto me hizo pensar que nuestra búsqueda de placer inmediato, muchas veces, nos hace olvidar o no ser conscientes de las consecuencias que pueden traer nuestros actos para nuestro futuro y el de próximas generaciones, demostrando así que todavía vivimos una cultura egoísta que sólo piensa en su bienestar y deja de un lado el bien común.
Es cierto que uno debe disfrutar y vivir el presente intensamente, pero esto no quiere decir que tomemos decisiones que dañen a los demás o a nosotros mismos; el año pasado, hace unos cuantos meses atrás, la ciudad sufría de escases de agua preocupante y parece que este problema ha sido olvidado, primero por nuestras autoridades y puede serlo por nosotros si festejamos estos carnavales como si el hecho no existiese o ya se hubiera solucionado.
Nada más lejos de la realidad, pues si bien las autoridades municipales avanzaron en proyectos que solucionen el tema como el proyecto Sucre III, el cual permitiría incrementar el caudal de agua mediante la construcción de dos túneles, evitando así derrumbes que interrumpían el suministro; o la anunciada construcción de una represa en la zona de Cachimayu, uno de los principales afluentes del río Pilcomayo que está ubicado a 15 kilómetros de nuestra ciudad, para abastecer con agua potable a la población. Sin embargo, estos proyectos fueron anunciados hace varios años atrás y todavía no son una realidad por lo que no pueden ser considerados como una solución a corto plazo.
Por tanto, la aplicación de la resolución del Consejo Municipal sería además una falta de solidaridad con las familias de los barrios alejados de nuestra ciudad, pues ellas todavía están sufriendo el desabastecimiento del líquido elemento, teniendo horarios restringidos en los que pueden contar con agua; al igual que los hermanos departamentos de La Paz y Potosí. ¿Cómo es posible que habiendo gente en Sucre y en Bolivia que no tienen agua para cocinar o asearse nosotros la desperdiciemos en un juego?

Uno de los argumentos de los Consejales fue que el juego con agua es una tradición sucrense difícil de evitar y en parte es cierto, las tradiciones, especialmente en Latinoamérica son importantes porque contribuyen a la construcción de nuestra identidad; también es cierto que son acciones que pueden ser repensadas desde una perspectiva de nuestras actuales circunstancias como sociedad y nuestra realidad ambiental. Aquí podríamos preguntarnos, en cuatro días cuántos litros de  agua desperdiciaremos en los juegos carnavaleros? ¿Cuántas familias podrían ser abastecidas con esa cantidad? Aunque el agua no sea bebible, ésta puede ser usada en la limpieza y aseo de los hogares. Otro argumento también es que con la venta de globos algunas familias obtienen recursos económicos, mi pregunta aquí sería: ¿Estas mismas personas están conscientes de cuánto podría afectar a un desabastecimiento general de agua su actividad mercantil?

Pero aún tenemos tiempo, siempre he pensado y lo he expuesto en anteriores entregas de esta columna, no podemos sólo esperar a ver lo que hagan las autoridades, cada uno de nosotros puede aportar con su granito de arena, si contribuimos no jugando con agua este carnaval, explicando a nuestros pequeños la importancia de pensar en los demás y no sólo en nosotros, si no compramos globos con agua y si podemos convencer a más gente que no lo haga estaremos contribuyendo a la solución del problema. Por otro lado creo que lo mejor de las tradiciones es el Carnaval de Antaño que no tiene nada que ver con agua sino con verdaderas costumbres sucrenses como la música y el baile que podemos disfrutar sin afectar a otros. Pienso que sólo así podremos ser recordados como una sociedad o ciudadanos que no se dejaron llevar por intereses mezquinos y egoístas y que a pesar de las tradiciones nos pusimos en los zapatos de los demás siendo solidarios y así contribuimos para que el líquido elemento no sea un derecho sólo de algunos sino de todos.

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