Ayer tuve una
agradable sorpresa al subir a un micro de la línea 3 que me lleva desde mi casa
al centro, entrando al mismo, el
conductor me saludó cordialmente, no puede dejar de ver lo limpio y nuevo que
estaba el micro, y recorriendo la ruta,
el chofer seguía saludando y despidiendo con un “que tenga un buen día” a todos
los que bajaban, sean éstos personas mayores, niños, jóvenes o adultos mayores,
señores del campo u oficinistas; además no paraba en cualquier parte, respetaba
las paradas explicando a los usuarios que era peligroso parar en media calle;
qué agradable se me hizo todo el viaje, viendo la amabilidad y la energía
positiva de este servidor público, porque eso son los chóferes de micro aunque
no lo parezcan.
Lamentablemente esta
buena experiencia no es el pan de cada día para quienes tenemos que
transportarnos en micros diariamente. Este hecho resalta más aún cuando existe
una nueva amenaza de los sindicatos de transporte de un alza de los pasajes
arguyendo que han subido los costos de mantenimiento de sus movilidades; sin
embargo no son conscientes que si exigen este aumento, necesariamente debería
ir acompañado de un mejoramiento de todos sus servicios para tener una razón de
ser.
Este
mejoramiento de los servicios no puede sólo limitarse al aspecto físico de sus
movilidades, es decir limpieza, que funcionen las ventanillas, que se mejoren
los asientos, etc. Sino también que mejore el aspecto humano, es decir el trato
a los pasajeros. Cuántas veces vi como
un mal conductor no paró para que suba una madre con su hijo prescolar porque
el niño no paga pasaje, o una persona de la tercera edad porque sube muy
lentamente y más aún escolares porque su pasaje es menor que el de una persona
mayor. De la misma forma vi cómo no quieren devolver el cambio a los más
pequeños tratando de aprovecharse de su inocencia, también vi cuando entra una
mujer embarazada o adultos mayores, no tienen la paciencia de esperar unos
segundos para que tome su ubicación respectiva, pudiendo provocar una caída
estrepitosa de estos pasajeros. También
en muchas ocasiones se enojan cuando no se tiene las monedas del costo del
pasaje, qué decir si algún pasajero se equivocó de micro por lo que pide bajar
y que le devuelvan el pasaje; finalmente lo más común es considerarnos como
animales de carga al llenar el micro hasta que no entre ni un alfiler, sin
tomar en cuenta la incomodidad que causa esto a todos los que están dentro.
Estas son sólo algunas de las situaciones que se dan al interior de los micros
y que son de total responsabilidad de los conductores.
Sin embargo
también como pasajeros tenemos que ser autocríticos, tenemos una cuota de
responsabilidad en el trato que nos dan estos conductores, primero, debemos
exigir nuestros derechos, al hacer uso
de un servicio para el público, que debe regirse por normas ya establecidas,
por las autoridades correspondientes.
También obramos
mal al pedir que pare en media calle porque nos deje más cerca de nuestro
destino o cuando queremos subir en cualquier lugar nosotros incumplimos con las
normas, cuando entramos con comida al vehículo y botamos basura en él o
ensuciamos el interior de este transporte, de alguna forma estamos
contribuyendo a un mal servicio y así podríamos continuar, pero no obstante
será imprescindible para negociar esta alza de pasajes el buscar soluciones profundas tomando en cuenta
el aspecto humano y no simples argumentos basados en números.
“Trata a los
demás como quisieras que te traten” pienso que esta es la frase que debería ir
pegada en cada una de las movilidades del servicio público, porque es un
mensaje no sólo para el conductor sino también para los pasajeros, pues si
ambos saludan, si ambos tienen cuidado con su higiene personal y con la
limpieza del vehículo todos serán los beneficiados, de la misma manera si ambos
conocen las reglas del transporte público y las cumplen no existiría un
desorden y anarquía en nuestras calles, siempre debemos ver al otro como un ser
humano teniendo en cuenta la forma de tratarlo, es decir con respeto y
consideración. Por tanto, es importante que cada uno ponga su granito de arena
para mejorar este servicio, sólo así conseguiremos el bien común para todos. El
tema económico es atribución de las autoridades y los dirigentes, que esperamos
tomen en cuenta el trato a los pasajeros y no sólo el beneficio monetario en su
proceso de negociación. Así les propongo que en el uso diario de este servicio
sigamos formando mejores ciudadanos y personas con nuestro ejemplo.
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