Desde hace unas semanas dos noticias alarmantes quedaron en mi
cabeza, la primera un reporte de una cadena internacional que denuncia la trata
y tráfico de personas a través de la frontera en Villazón. La segunda, el caso de tres niños
bolivianos explotados en Chile como peones agrícolas; por lo que decidí investigar
el tema mediante internet y el resultado
todavía fue más alarmante. En la misma semana cuando todo el mundo está muy
contento disfrutando del Dakar, se registrarán 10 casos de trata y tráfico de
personas en Bolivia, este flagelo mueve más de 30 millones de dólares y el 97%
de las víctimas son mujeres.
No hay duda de que esta es una realidad que se vive a diario en
nuestro territorio a pesar de contar con una Ley Integral contra la trata de
personas desde el 2012; pero principalmente debemos pensar que es un fenómeno
que nos deshumaniza de varias formas: las víctimas son consideradas como
simples objetos de compra y venta; los victimarios no consideran que como
consecuencia de sus actos pueden causar la muerte de sus víctimas. Así les
propongo reflexionar sobre 4 aspectos de este problema, que nos mostrarán un
panorama más completo de sus causas y desembocarán en su prevención.
VÍCTIMAS: Familias de escasos recursos económicos e incluso del área
rural que al recibir una oferta de trabajo para sus hijos en una ciudad o en
otro país, la toman como una gran oportunidad; en otros casos, los propios progenitores venden a sus hijos para salir de un apuro
económico; además en las urbes otras víctimas con engaños son capturadas; el dato que debe primar aquí es que son las
mujeres, adolescentes, niñas y jóvenes las más vulnerables.
VICTIMARIOS: Es
triste pensar que existe gente en el mundo dispuesta a arrebatar la libertad y
la dignidad a las personas solo para ganar un poco de dinero. Cabe resaltar que
además su trabajo es en red y dentro de ellas cuentan con integrantes que
trabajan dentro de instituciones gubernamentales, funcionarios corruptos, ya
que de otra forma sus actividades no podrían resultar efectivas.
AUTORIDADES: A
pesar de existir medidas legales como la Ley, parece ser que lo único que se ha
avanzado es contar con más casos
visibilizados en el país; sin embargo todavía muchas de nuestras fronteras no
cuentan con un control más eficiente
para evitar este tipo de hechos y en cuanto a políticas de prevención,
personalmente sólo he visto algunos mensajes en medios de comunicación y alguna
que otra actividad.
FAMILIARES: La
pobreza, sumada a la falta de oportunidades educativas y laborales en el área
rural se convierte en la causa por las que muchos padres envían a sus hijos con
extraños a trabajar. Por otro lado, el desconocer que nuestros hijos tenían una
relación virtual a través del Facebook con una persona que pudo llegar a convencerles
de abandonar su hogar es una señal de cuan poco los conocemos, nos comunicamos y del escaso tiempo que les dedicamos hasta
que ya es demasiado tarde.
PREVENCIÓN: Si
bien la prevención de los casos en el área rural depende de informar y educar a
los padres y a los jóvenes, en el caso de las urbes, los padres tendremos que
estar más atentos sobre lo que hacen nuestros hijos en su vida cotidiana como
en su actividad en Internet. Entonces no es sólo conocer que nuestra niña de 13
años tiene su página en Facebook, sino saber qué publica en ella, quiénes son
sus amigos, quiénes la siguen, qué comentarios se publican, etc. Lo mismo pasará en el Whatsaap, deberemos
estar atentos a comportamientos compulsivos
de conversaciones por este medio; por tanto tendremos que manejar,
queramos o no, la tecnología y todo lo que esta conlleva para estar a la par
con nuestros hijos. Pero algo que es de real importancia es ir construyendo una
relación de confianza con nuestros hijos, es decir si nosotros desde pequeños aprendemos
a escuchar lo que ellos tengan que decirnos aunque no sea algo importante para
nosotros, lo es para ellos, y así lograremos que cuando tengan dudas o
problemas acudan a nosotros para recibir una orientación o consejo y no a
terceros.
Para finalizar y
a modo de conclusión de todo lo reflexionado, es que todos tenemos que ser
conscientes que muchos son los peligros que corremos nosotros y nuestros seres queridos,
pero que si enseñamos desde pequeños a los niños la importancia de la dignidad
humana, de uno mismo, o de cada persona
con la que nos topamos en la vida, estaremos previniendo cualquier flagelo
porque estaremos formando ciudadanos que exigirán el respeto a su propia
dignidad y a la de los demás construyendo así una sociedad más humana.
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