miércoles, 8 de febrero de 2017

Los Muros de la Exclusión

Un tema bastante comentado no sólo en medios de comunicación sino ridiculizado en redes sociales, en estas últimos días ha sido el proyecto del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de construir un muro que divida la frontera con México. Esta propuesta fue uno de sus ofrecimientos más polémicos, ya en la época de su candidatura y a muchos nos hizo pensar que podría ser una causa de su fracaso electoral; sin embargo hace poco fue posesionado como el nuevo presidente del país más poderoso del mundo. Por lo que la idea de construir este muro se mantiene y parece que pronto se comenzará con este emprendimiento.

La historia nos ha enseñado que este tipo de medidas sólo causan sufrimiento a ambos lados del muro; uno de los más icónicos fue el Muro de Berlín que dividió Alemania durante 28 años y su caída significó uno de los más grandes logros de la historia occidental celebrado en todo el mundo. Será por eso que el actual alcalde de Berlín pide al mandatario desista en su idea de construir el muro con México. Actualmente la división de Corea del Sur y del Norte y la división de dos comunidades, la turca y la griega por un  conflicto de más de 40 años en Chipre son también los argumentos más sólidos para afirmar que los muros sólo excluyen y no solucionan ningún problema, es más sólo lo profundizan.

Leyendo noticias y también posts en Facebook me puse a pensar en lo que significaba y simbolizaba ese muro, no sólo para los ciudadanos mexicanos que tienen familia en Estados Unidos y que el muro para ellos significa mantener a su familia lejos para siempre o aquellos que pensaron viajar allá en búsqueda del “sueño americano”, sino en todos los que no somos estadounidenses, es decir a todos los que quedamos fuera, seamos simples turistas, empresarios, profesionales, etc. Por eso creo que ese muro es sinónimo de exclusión de no dejar entrar al otro, al que es diferente, al que puede afectar mis propios intereses, al que no conozco.  Las razones no han sido completamente contundentes, pues Trump asegura, por ejemplo, que los migrantes, especialmente latinos, son narcotraficantes, pandilleros, etc. Sin embargo según un estudio de la Asociación por una Nueva Economía Americana, el surgimiento de nuevas empresas creadas por migrantes creció un 50% entre 1996 y 2011, mientras que la creación de negocios por los norteamericanos declinó un 10% en ese mismo periodo, por tanto se puede apreciar así los grandes beneficios que trae la migración al país del norte, dando sólo un ejemplo.

Este muro también simboliza la barrera que tiene el actual presidente, frente al “otro” en general, pues es bien sabido su rechazo y discurso en contra o maltratando a diversos grupos y ha sido demostrado con las miles de personas que marcharon hace poco no sólo en Washington sino en otras ciudades e incluso países, exigiendo que respete los derechos humanos de  las mujeres, y de minorías como las personas de color y los homosexuales.

Por tanto, es un ejemplo claro que este fenómeno del muro comienza con una experiencia individual, es decir cuando uno mismo rechaza al “otro” por ser diferente, por no entenderlo, por no tener el valor de enfrentarlo y escucharlo, o muchas veces por temor a mostrar lo que somos y ser rechazados. Entonces este fenómeno debería ayudarnos a preguntarnos, más allá de la política, si nosotros tenemos construido un muro alrededor nuestro que aleja a los demás, que nos sirve de pretexto para pensar sólo en sí mismos y no así en el bien común, y a preguntarnos también ¿cómo afecta mi vida y la de los demás tener este  muro que nos separa?


En este sentido, pienso que lo mejor es hacer lo que hicieron los alemanes, derribar cualquier muro que tengamos construidos a nuestro alrededor y exigir como ciudadanos del mundo que no se construyan otros porque sin muros, sin exclusión se pueden integrar a compatriotas alejados;  culturas diferentes, unir familias alejadas para lograr ser una mejor sociedad y en el caso individual ser una mejor persona porque dejaremos que los demás sean parte de nuestra vida y nosotros de la suya. Señor Trump, nuestro mensaje desde el sur es que no queremos dejar a nadie a fuera porque estamos seguros que el “otro” puede lograr sacar lo mejor de nosotros mismos y también de cualquier país.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario