jueves, 15 de marzo de 2018

El Arte forma seres humanos más felices



Esta semana quiero considerar un tema que me estuvo preocupando desde el año pasado, pero que recién ahora puedo reflexionar junto a ustedes. Mi hijo se cambió de colegio y el nuevo establecimiento si bien tiene un alto nivel académico, me parece personalmente, que no le da la suficiente importancia al arte; sin embargo creo que muy pocas o casi ninguna unidad educativa lo hace, porque la mayoría de las autoridades educativas de nuestro país no creen que el arte tenga mayores beneficios para la educación.



En contra posición a estas creencias, estudios científicos han demostrado que en realidad el arte contribuye de diferentes maneras al proceso de enseñanza aprendizaje por lo que su importancia dentro del currículo formal debería ser revisada. El primer argumento para demostrar los beneficios de esta actividad es que a través de los sentidos tiene lugar el aprendizaje, una teoría propuesta por reconocidos pedagogos, María Montessori proponía por ejemplo facilitar el aprendizaje a través de material de la vida sensorial que se constituye- según ella- en mucho más que simplemente materiales de enseñanza y que serían cruciales para una educación integral para los alumnos.



Otros argumentos afirman que a través del arte en todas sus ramas: la música, la pintura, la creación literaria, la actuación y otras manifestaciones se puede contribuir al desarrollo de la concentración, del lenguaje hablado y escrito, de habilidades motoras, de la expresión interior y lo más importante de la creatividad. Aquí nos preguntaremos ¿por qué es importante promover la creatividad en nuestras vidas? La respuesta es que a través de esta virtud los seres humanos podemos convertirnos de consumidores pasivos a constructores activos, creadores de ideas, innovaciones, planteamientos de diferente tipo; también nos ayuda a encontrar nuevas y mejores soluciones a diferentes problemas que encontramos en el cotidiano vivir. Nos proporciona además una visión mucho más amplia y distinta de la sociedad y nos permite mantenernos abiertos a nuevas ideas y corrientes.



Entonces la creatividad es una herramienta, virtud o habilidad que servirá en todos los ámbitos de la vida de nuestros hijos, incluidas las ciencias exactas, aquí recuerdo cuando mi sobrino dando un examen de matemáticas encontró otra forma de llegar a un resultado en una operación aritmética y su profesor calificó como incorrecta la respuesta porque no usó el razonamiento enseñado en clase y más bien él creó uno nuevo, esto me lleva a preguntarme ¿qué estamos enseñando a los niños y jóvenes entonces? ¿A repetir lo que un adulto les enseña? ¿A no pensar por sí mismos? Lamentablemente esto pasa si nos concentramos solamente en métodos expositivos y repetitivos en el proceso de enseñanza.



Una falencia que me animo afirmar es que existe en la mayoría de los centros educativos una metodología repetitiva y poco creativa se da en las materias de música y arte que son las únicas reconocidas formalmente, ¿por qué hago esta afirmación?, pues porque desde mi experiencia sé que los profesores de dibujo, muchas veces son los primeros en decirle al alumno que dibuja mal, lo que lleva a dejar de hacerlo y para cumplir con los trabajos pide a alguien que se los haga, lo que no contribuye en nada a tu formación; en la materia de música simplemente se enseña a cantar los himnos, alguna que otra canción y en algunos casos algún baile para el festival de fin de año.  En estos procesos ¿cuánto de creatividad se puede encontrar? si en estas materias que se constituyen en los pocos espacios de motivación a la creatividad no se cumple con este objetivo ¿dónde podrá perfeccionar su potencial creador innato el niño o joven?  Parece ser que en las escuelas no, a no ser que por una suerte cósmica se encuentren con un maestro de estas materias o de otras que crea fervientemente en el potencial de sus alumnos y a través de la curiosidad innata de los más jóvenes pueda cultivar la creatividad en ellos.



No obstante como padres tampoco podemos deslindar nuestra responsabilidad, pues somos los primeros maestros para nuestros hijos por tanto actividades tan simples como enseñarles a cantar desde pequeños, hacerles escuchar todo tipo de música, especialmente la clásica, motivando a que toquen un instrumento; dibujando y escribiendo con ellos y principalmente dejándoles expresarse a través de estos medios estaremos contribuyendo a su formación integral que repercutirá en su felicidad futura. Quiero aclarar que no pienso que se trate de formar artistas profesionales, sino de hacer del arte parte de la vida de cada niño y joven, de lograr que la sepan apreciar en sus distintas disciplinas artísticas, ya que las inclinaciones de cada uno definirán si se dedican al arte o no.



Entonces, a pesar de los cambios que se han presentado a través de leyes educativas en nuestro país parece ser que todavía las artes son las materias menos apreciadas tanto por autoridades, como por los maestros, alumnos e incluso padres de familia. Sin embargo, para los que creemos en los beneficios que puede aportar en la formación de mejores seres humanos nos toca buscar espacios dentro del hogar o fuera para promover la vocación artística de los hijos, puesto que en la vida no significa necesariamente un éxito el culminar una carrera universitaria que le rinda económicamente, sino encontrar una pasión de vida que le haga feliz.

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