miércoles, 8 de febrero de 2017

Dignidad Humana y Trata de Personas

Desde hace unas semanas dos noticias alarmantes quedaron en mi cabeza, la primera un reporte de una cadena internacional que denuncia la trata y tráfico de personas a través de la frontera  en Villazón. La segunda, el caso de tres niños bolivianos explotados en Chile como peones agrícolas; por lo que decidí investigar  el tema mediante internet y el resultado todavía fue más alarmante. En la misma semana cuando todo el mundo está muy contento disfrutando del Dakar, se registrarán 10 casos de trata y tráfico de personas en Bolivia, este flagelo mueve más de 30 millones de dólares y el 97% de las víctimas son mujeres.

No hay duda de que esta es una realidad que se vive a diario en nuestro territorio a pesar de contar con una Ley Integral contra la trata de personas desde el 2012; pero principalmente debemos pensar que es un fenómeno que nos deshumaniza de varias formas: las víctimas son consideradas como simples objetos de compra y venta; los victimarios no consideran que como consecuencia de sus actos pueden causar la muerte de sus víctimas. Así les propongo reflexionar sobre 4 aspectos de este problema, que nos mostrarán un panorama más completo de sus causas y desembocarán en su prevención.

VÍCTIMAS: Familias de escasos recursos económicos e incluso del área rural que al recibir una oferta de trabajo para sus hijos en una ciudad o en otro país, la toman como una gran oportunidad; en otros casos, los propios progenitores  venden a sus hijos para salir de un apuro económico; además en las urbes otras víctimas con engaños son capturadas;  el dato que debe primar aquí es que son las mujeres, adolescentes, niñas y jóvenes las más vulnerables.

VICTIMARIOS: Es triste pensar que existe gente en el mundo dispuesta a arrebatar la libertad y la dignidad a las personas solo para ganar un poco de dinero. Cabe resaltar que además su trabajo es en red y dentro de ellas cuentan con integrantes que trabajan dentro de instituciones gubernamentales, funcionarios corruptos, ya que de otra forma sus actividades no podrían resultar efectivas.

AUTORIDADES: A pesar de existir medidas legales como la Ley, parece ser que lo único que se ha avanzado es  contar con más casos visibilizados en el país; sin embargo todavía muchas de nuestras fronteras no cuentan con un control más  eficiente para evitar este tipo de hechos y en cuanto a políticas de prevención, personalmente sólo he visto algunos mensajes en medios de comunicación y alguna que otra actividad.

FAMILIARES: La pobreza, sumada a la falta de oportunidades educativas y laborales en el área rural se convierte en la causa por las que muchos padres envían a sus hijos con extraños a trabajar. Por otro lado, el desconocer que nuestros hijos tenían una relación virtual a través del Facebook con una persona que pudo llegar a convencerles de abandonar su hogar es una señal de cuan poco los conocemos, nos comunicamos  y del escaso tiempo que les dedicamos hasta que ya es demasiado tarde.

PREVENCIÓN: Si bien la prevención de los casos en el área rural depende de informar y educar a los padres y a los jóvenes, en el caso de las urbes, los padres tendremos que estar más atentos sobre lo que hacen nuestros hijos en su vida cotidiana como en su actividad en Internet. Entonces no es sólo conocer que nuestra niña de 13 años tiene su página en Facebook, sino saber qué publica en ella, quiénes son sus amigos, quiénes la siguen, qué comentarios se publican, etc.  Lo mismo pasará en el Whatsaap, deberemos estar atentos a comportamientos compulsivos  de conversaciones por este medio; por tanto tendremos que manejar, queramos o no, la tecnología y todo lo que esta conlleva para estar a la par con nuestros hijos. Pero algo que es de real importancia es ir construyendo una relación de confianza con nuestros hijos, es decir si nosotros desde pequeños aprendemos a escuchar lo que ellos tengan que decirnos aunque no sea algo importante para nosotros, lo es para ellos, y así lograremos que cuando tengan dudas o problemas acudan a nosotros para recibir una orientación o consejo y no a terceros.


Para finalizar y a modo de conclusión de todo lo reflexionado, es que todos tenemos que ser conscientes que muchos son los peligros que corremos nosotros y nuestros seres queridos, pero que si enseñamos desde pequeños a los niños la importancia de la dignidad humana, de uno mismo,  o de cada persona con la que nos topamos en la vida, estaremos previniendo cualquier flagelo porque estaremos formando ciudadanos que exigirán el respeto a su propia dignidad y a la de los demás construyendo así una sociedad más humana.

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