El Día del Maestro Boliviano
nuevamente me inspira para reflexionar sobre este personaje tan importante en
la vida de cada ser humano, en un artículo anterior proponía repasar la
importancia de que los maestros tengan una remuneración acorde a su responsabilidad
y la necesidad de su formación y vocación comprometida. Ahora les propongo ir
más allá, recordar a los maestros que marcaron huella, que además de enseñarnos
su materia nos convirtieron en las personas que somos ahora, es decir tratar de
escudriñar o tal vez siendo más precisa describir las cualidades de los mejores profesores que pasaron por nuestra
vida o por la de nuestros hijos.
Quisiera empezar planteando algo
que me parece fundamental y es que uno de los objetivos más importantes en la
formación de los pequeños, en las aulas, debería ser la educación en valores
porque si bien lo académico es lo primero, debe equilibrarse con la ética pues
como decía mi querido docente Gonzalo Gantier somos seres sentí pensantes. Si bien es cierto que el primer lugar donde deben
enseñarse los valores es el hogar y los padres somos los responsables, también
es una realidad que los maestros son igual de importantes en la vida de sus
estudiantes, pues pasan con ellos mucho tiempo y comparten muchas experiencias;
incluso como leí en algún lugar, puede pasar que sus aulas sean el único lugar
seguro y agradable que tengan los pequeños, por lo que la responsabilidad del
educador aumenta considerablemente.
Por todas estas razones quiero
que nos planteemos las cualidades más importantes para que un maestro haga la
diferencia en la vida de sus alumnos y deje la mejor experiencia en los años de
escuela y colegio, pero lo más importante, tal vez, que de esta forma
contribuya a la formación de buenas personas y mejores ciudadanos.
Entonces estas cualidades, no
sólo en lo académico sino en valores, las resumiría de la siguiente manera:
-
Ser un especialista; es decir que conocer la
materia que imparte a profundidad, ser un experto en ella para poder compartir
sus conocimientos con sus alumnos, pero además contar con una metodología
sólida, pero que pueda adaptarse a la realidad de cualquier estudiante.
-
Ser motivador; lo que significa que cualquiera
sea la materia que dicte tiene que tener la capacidad suficiente de motivar a
cada uno de sus alumnos, primero a interesarse y luego buscar ser los mejores
en la materia, no necesariamente en una competencia sino más bien que no se
conforme con que algunos alumnos sean buenos en su aula sino que motive a todos
porque todos pueden ser mejores.
- Ser amables y agradables; estas cualidades me
parecen fundamentales porque si los maestros no se ganan el aprecio y más aún
el cariño de sus estudiantes será muy difícil llegar a ellos con cualquier
conocimiento, además que estas cualidades servirán para que los niños y jóvenes
tengan confianza de preguntar y compartir sus preocupaciones con su profesor. Siendo
cariñosos y atentos a lo que les pasa a sus estudiantes los maestros realmente
pueden cambiar vidas.
-
Ser apasionados por lo que hacen; como en cualquier
profesión si les gusta su labor diaria se interesarán en formarse más y mejor
no sólo en cursos sino a través de la lectura y la investigación y por supuesto
estarán comprometidos en que todos sus alumnos alcancen el éxito en su materia
invirtiendo incluso más tiempo de lo que su contrato exija.
-
Ser creativos; no sólo en las formas de llegar a
sus alumnos, tomando en cuenta que los grupos en las aulas son heterogéneos y
existen alumnos que tienen formas diferentes para aprender, el maestro también
debe ser creativo en las herramientas que use, haciendo que el alumno llegue a
cada clase con mayores expectativas de aprender.
-
Ser paciente y justo, es importante que a pesar
de ser amable el maestro imponga disciplina en su clase es decir que se gane el
respeto de sus estudiantes y para esto le servirá mucho la paciencia, porque si
uno como madre a veces pierde la calma con un par de niños, un profesor
trabajando con más de 20 niños, adolescentes o jóvenes tendrá que armarse de
una paciencia mayor para llegar positivamente a su audiencia.
Seguramente, podrían incluirse
muchas más cualidades a esta pequeña lista para describir a los buenos
maestros, a los que marcan un hito en tu vida y los que con su ejemplo educan
en valores y en conocimiento buscando un equilibrio en ambos. Espero que estas
líneas sirvan no sólo para exigir estas cualidades en los maestros en general y
los de nuestros hijos ,sino también para agradecer a aquellos maestros que fueron de esta forma
con nosotros y lo son y serán con nuestros hijos; porque son esos profesores a
los que recordaremos cuando sus enseñanzas nos sirvan en la vida diaria y
podamos contar a hijos y nietos que gracias a ellos pudimos convertirnos en
mejores seres humanos y a su vez compartir con los que nos siguen en el camino
de la vida.
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