martes, 22 de agosto de 2017

Tradiciones Vs. Bien Común



Conversando con mi sobrino que es un entusiasta de las fogatas en San Juan discutíamos sobre los niveles de contaminación, pues él me aseguraba que los automóviles, especialmente los micros con escapes enormes contaminaban más que una fogata hecha de maderas, esto puede ser cierto; sin embargo pienso que si bien una fogata no contamina tanto, la suma de miles de fogatas  lo hacen, sin contar que no todos sólo quemarán madera sino lo que encuentren en casa. Le ponía como ejemplo la gota en el mar, parece que sin ella o con ella el mar no cambiaría, pero con un millón de ellas sí, por esta razón si todos somos conscientes de que nuestros actos afectan a nuestro entorno y en este caso específico al medio ambiente podremos tomar una decisión responsable por cuanto la tradición no puede pesar más que el bien común de nosotros y de los que vivirán en el futuro.

Por tanto, si bien las tradiciones que tenemos en Bolivia y en toda Latinoamérica, sobre todo las que se remontan a años y años de práctica, son uno de los pilares para la formación de la identidad de los pueblos y sus culturas; las personas que somos parte de estas comunidades debemos plantearnos la pertinencia de cada costumbre, pues el contexto histórico y social y en el caso de San Juan el contexto medio ambiental no son los mismos que en el pasado por lo que se hace imprescindible tomar consciencia de cómo seguimos afectando nuestro hábitat y si vale la pena que por costumbre sigamos contaminando.

Muchos, como mi sobrino me dirán que no es comparable la contaminación que realizan diariamente las movilidades, pero también es cierto que la noche más contaminada en el año es la de San Juan; por ejemplo el año pasado los datos que presentaron las autoridades municipales del área aseguraron que la contaminación se incrementó en un 376%, la cifra es alarmante y nos debería preocupar de sobre manera, porque se sobrepasó por mucho los límites permitidos de contaminación; las autoridades también informaron que no sólo se trataron de fogatas en calles y domicilios sino también la quema de pastizales, incluso se produjo un incendio. Estos datos son suficientes para determinar que las fogatas tradicionales de estas fechas sí afectan al medio ambiente y por consiguiente a nosotros que somos los que respiramos este aire contaminado durante la noche y al día siguiente.

Entonces mi planteamiento es que todos y cada uno se ponga a pensar en las costumbres y tradiciones que practica, no sólo en estas fechas sino durante todo el año y tampoco limitarse a las tradiciones sociales sino también a las familiares y hasta las individuales, es decir a toda actividad que realizamos rutinariamente y por hábito también; pero lo más importante aún hacernos la pregunta: ¿cada una de estas costumbres aportan, enriquecen y/o mejoran algún aspecto de nuestra vida? ¿Cuánto cambiaría nuestra vida si no practicaríamos estas tradiciones? Espero que las respuestas que encontremos sean la mayoría positivas pero estoy segura que también habrá algunas negativas, personalmente  una costumbre negativa es no llevar bolsas reutilizables cuando vamos de compras y una tradición que también me parece negativa es comprar cada año un vestido nuevo para el niño Jesús en Navidad porque luego tengo como 50 vestidos con los que no sé qué hacer. Por consiguiente, es una realidad que las costumbres también son herencia familiar y por lo mismo es importante que estas sean positivas y favorezcan la convivencia en comunidad.


En conclusión, la reflexión a la que debemos llegar es que debemos estar conscientes que todo lo que hacemos como seres humanos afecta nuestro entorno y como los seres inteligentes y pensantes es nuestra responsabilidad tomar las mejores decisiones no sólo para nosotros sino para el bien de todos, sólo así conseguiremos que el paso por esta vida sea la más positivo posible y que como legado dejemos tradiciones que no afecten negativamente a los demás y al contrario  enriquezcan y aporten a mejorar nuestra ciudad, nuestro país y por tanto todo el planeta.

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