Es el medio día y como muchos el
micro al que nos subimos con mi hijo de seis años está repleto de escolares,
padres de familia, universitarios y trabajadores que vuelven a sus hogares por
ser la hora del almuerzo. Como cada día poder conseguir un asiento en estas
movilidades públicas es casi imposible por la cantidad de gente, pero la hora
apremia y nos subimos igual. Veo muchas veces que los jóvenes no se mueven
cuando entra una persona de la tercera edad o una embarazada para cederle el
asiento, pero esta vez cuando entró una señora de la tercera edad de pollera le
pedí a un joven de unos 25 años que pueda cederle el asiento y no pude creer lo
que me respondió. Me dijo, en tono ofendido que él había pagado su pasaje y por
tanto tenía todo el derecho de ir sentado. Creo que mi cara delató mi asombro
al escucharlo por lo que sólo me quedó lamentar esta falta de consideración de
alguien tan joven lleno de fuerzas y energía.
Esta contrariedad me hizo pensar que
existen valores que como padres debemos enseñar a nuestros pequeños como la
solidaridad y la consideración hacia los que más lo necesitan porque son
básicos para una convivencia con los demás y porque también parece ser que en
ningún otro espacio lo harán.
Por mi experiencia, puedo decir
que si bien vi jóvenes que ceden el asiento a quien más lo necesita son más
aquellos que se sientan en los primeros asientos y se ponen a ver sus celulares
y no les importa quiénes entran o quiénes pueden necesitar sentarse más que
ellos, pero no es completamente su culpa, sino de la educación que reciben y en
esto nosotros como padres somos los responsables. Es triste ver que con nuestra
preocupación de dar todo a los hijos
para que estén protegidos y felices, en muchos casos, estamos formando seres
egoístas que sólo piensan en su bienestar y no se inmutan por la necesidad y el
dolor de los demás y así se van deshumanizando cada vez más.
Es cierto que nuestro instinto
paternal nos lleva a buscar lo mejor para nuestros niños, más cuando son
pequeños ¿pero eso querrá decir que debe ser por encima de las necesidades de
otras personas que son más frágiles y vulnerables? Personalmente opino que no,
o que por lo menos que se puede encontrar un punto medio en el que podamos
proteger a los hijos y además
enseñarles con el ejemplo que en espacios públicos, por ejemplo, es obligación
de todas las personas ser solidarias y
consideradas especialmente con nuestros semejantes de la tercera edad, mujeres
embarazadas, hombres o mujeres que llevan a su bebés y las personas con
capacidades diferentes o alguien que esté enfermo. Esto significará por ejemplo
cederles asiento en el transporte público, cederles el lugar en filas de bancos
u otros espacios, cederles espacio en las veredas, etc.
Me imagino muchas razones por las
cuales se da este fenómeno pero creo que las más importantes es no haber
recibido esta educación cívica en los hogares y en la escuela, ya que en materias
como ética( así se llama ahora la materia de religión), en estudios sociales y
otras se podría impartir estas pautas de convivencia en sociedad con el fin de
contribuir a la formación de mejores
ciudadanos y de una construcción de cultura de paz, porque ésta no es solamente
la falta de guerras sino una convivencia armónica en la que todos cumplamos
nuestras obligaciones, ejerzamos nuestros derechos y esté garantizada la
justicia para todos por igual. Y que no solamente se promueva una cultura de
competición, que si bien es productiva no debe ser deshumanizada, es decir
enseñar a los más jóvenes que no importa cómo ganamos, si lo hacemos por encima
de los demás, sin solidaridad no es lo mejor para nadie.
Por tanto creo que está en manos
de todos, el educar en estos y otros valores a los hijos a través
principalmente del ejemplo, si nosotros en estos espacios somos los primeros en
ceder el asiento, la fila o simplemente la vereda ellos nos verán y harán lo
mismo porque los actos son más contagiosos que las palabras. Esto significa que
de todos, pero especialmente de los padres depende en gran medida la
construcción de una mejor sociedad, más humana y solidaria.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario