Literalmente uno puede contraer
rabia humana debido a la irresponsabilidad de los dueños de mascotas, por
ejemplo, hace unos días mi esposo regresó a casa con una mordida de perro en la
pierna, todos en la casa, especialmente mi hijo mayor, nos asustamos y más
cuando nos contó que el animal que lo mordió no tenía dueño y nadie sabía si
había sido vacunado. Entonces todos coincidimos en que debía ir a la oficina de
zoonosis donde deberían explicarle qué debía hacer, allá le dijeron que para
prevenir contraer rabia debía someterse a un tratamiento, para mi dolorosísimo,
de siete inyecciones y luego otras de refuerzo. En esta misma semana escuchamos
en las noticias que en La Paz se confirmaron nueve casos de rabia canina en tan
solo un mes, y mucho más cerca aún, un caso confirmado en Poroma y otros en
Potosí.
Buscando noticias recientes sobre
el tema en nuestra ciudad encontré informes alentadores como que desde el 2011
no hay casos de rabia humana y desde hace dos años no los hay de rabia canina.
Sin embargo, una triste realidad que Sucre vive, como todas las ciudades del
país, es la proliferación de perros que viven en la calle, por eso no es raro
encontrarse con manadas que causan miedo a algunas personas que pueden ser
mordidas como el caso de mi esposo, o que también pueden ser blanco de
atropellos por conductores sin corazón.
Por tanto, hay algo de lo que
debemos ser conscientes todos y es que el cuidado responsable de nuestras mascotas
es una obligación que adquirimos el mismo momento de adoptar o comprar un
animal. Si no cumplimos con esta obligación estamos contribuyendo a que puedan
ocasionarse problemas de salud pública como la rabia canina que en el futuro
puede desencadenar en rabia humana.
Comencemos desde el principio,
cuando uno decide tener una mascota debe ser consciente que es una gran
responsabilidad, no es comprar un juguete al que podrán quitarle las baterías
para que ya no les moleste o que podrán dejarlo abandonado sin pensar en ellos
por mucho tiempo; ser dueño de un animal implica hacer un compromiso de cariño,
de por vida con ese ser vivo y no desanimarse al primer problema que aparezca
como que la mascota no sea limpia o haga mucho ruido o desordene y maltrate
nuestras cosas; esto sólo quiere decir que dependerá de enseñarle cómo
comportarse para poder convivir con ella de la mejor manera.
Lamentablemente muchas personas no
lo entienden así, puesto que el crecimiento exponencial de animales que viven
en la calle es consecuencia de la irresponsabilidad de sus dueños, que en
algunos casos los sacan a la calle para que no ensucien sus casas, o cuiden
construcciones y otras veces los abandonan cuando se cambian de domicilio o se
han cansado de cuidarlos o en el caso de que los han hecho procrear
inconscientemente regalando los cachorros
a más dueños sin escrúpulos, que a su vez no los cuidan bien y los
abandonan.
No me parece justo que seres
inocentes paguen la insensatez de seres pensantes y tengamos que ver que
autoridades con poco criterio quieran arreglar el problema a través del
envenenamiento de los animales callejeros por ejemplo; o que se vea cómo los dueños
los matan ahorcándolos, o de otras sádicas maneras. Sin tomar en cuenta el
enorme sufrimiento de las mascotas que viven en la calle sufriendo de hambre y
frío, reproduciéndose sin control y convirtiéndose en un peligro para la
ciudadanía.
En conclusión, una de las mejores
formas de contribuir a prevenir problemas de salud pública como rabia canina y
humana es no tener mascotas y si se las tiene ser un dueño responsable, es
decir cuidar a sus peludos dentro de las casas y cuando se los saca, hacerlo
con un arnés y junto a usted. Otra forma de demostrar conciencia es
esterilizarlos para controlar el número de animales en la ciudad y evitar que
muchos sufran o se conviertan en el problema de otros. Si todos los que tenemos
mascotas hiciéramos esto ya no veríamos animales en la calle y nos
convertiríamos en una sociedad más humana y en convivencia armónica con los otros
seres vivos a nuestro alrededor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario