martes, 22 de agosto de 2017

¿Hacemos buen uso de las nuevas tecnologías?





Esta semana me puse a pensar cuánto tiempo dedicamos al uso de las nuevas tecnologías; entonces estuve consciente de ello; en la mañana después de dejar en la escuela a mi hijo mayor navego en el celular mientras voy en micro; cuando llego a casa, si mi bebé está tranquilo, también leo algunos artículos que me interesan y claro chateo con mi esposo, estoy conectada casi todo el día, pero voy revisando novedades cuando tengo algo de tiempo, que no es mucho con mi pequeño. Sin embargo, también es cierto que usamos Internet cuando mi hijo hace sus tareas, nos sirve para buscar dibujos o algo que le interese; en el almuerzo prohibimos el uso de celulares porque nos dimos cuenta que ya no conversábamos como antes teniendo en la mesa estos aparatos.

Si nos ponemos a ver a las personas en la calle, una gran mayoría, se han acostumbrado a revisar el celular en casi todo momento por eso todos caminan con celular en la mano, si esperamos a alguien o mientras caminamos. Lamentablemente esto no es diferente dentro de nuestros hogares ya sea por trabajo o por simple curiosidad, nos estamos volviendo esclavos de la tecnología.

Por todas estas razones les propongo, reflexionar sobre el uso de la tecnología en los hogares y cómo afecta a nuestra interrelación con nuestros familiares. Lo que me di cuenta es que el uso del celular en particular, cada vez va consumiendo más el preciado  tiempo que tenemos, ahora no son sólo los adolescentes los que se quedan viendo el celular o la computadora horas y horas. Es cierto que su uso muchas veces se debe a temas profesionales, pero este fenómeno también hace que llevemos más trabajo a casa y así esto se vuelve una excusa para convertirse en una prioridad por encima de pasar tiempo de calidad en familia.

Por eso, es tiempo de dar el ejemplo a nuestros hijos o a los más jóvenes de la casa y empezar a dar prioridad a lo que realmente es importante, es decir, a cultivar y mejorar los vínculos afectivos con los seres queridos y empezar a practicar más el diálogo cara a cara, entonces, en vez de publicar en las redes sociales cuánto amamos a nuestros padres, hermanos o hijos, digámosles te amo ahora mismo, abrazándoles y compartiendo el tiempo con ellos, así les demostraremos cuán importantes son en la vida y será mucho más satisfactorio que recibir un “me gustas” de otras personas.

No obstante todo esto, no me gustaría satanizar a las nuevas tecnologías porque su desarrollo trajo consigo muchas ventajas, como el acceso a una mayor cantidad de información a bajo costo, por ejemplo para nosotros los padres que a veces nos sentimos confundidos sobre algunos temas de crianza, alimentación y otros podemos encontrar respuestas e ideas en la web. También se constituyen en una herramienta muy útil para la escuela, la universidad y el trabajo y ni qué decir para el entretenimiento y el relacionamiento con familiares y amistades que se encuentran lejos; además que en un futuro más cercano de lo que creemos si no sabemos usar éstas nos aislaremos del resto del mundo y podremos pasar por los nuevos analfabetas tecnológicos. Pero no por esto debemos dejar que su uso indiscriminado nos aísle de las personas que queremos, de las que están física y emocionalmente junto a nosotros. Para esto dentro de casa será importante plantearnos límites de uso, un consejo interesante que leí fue tener contenedores de celulares, donde todos los de la familia dejen allí su aparato a la hora de comer o en un momento familiar.

Entonces debemos aprender y enseñar que el buen uso de las nuevas tecnologías no tienen que interferir en las relaciones familiares y amistosas, por lo que debemos priorizar pasar más tiempo en familia, conversando, paseando, viendo una película, haciendo deporte, jugando algo juntos, en vez de publicar cuánto nos divertimos y amamos en nuestra familia. Tratemos de salir con amigos a pasear, comer y divertirnos sin tener la necesidad de publicarlo, volvamos a disfrutar de la vida y de las cosas simples como una tarde de sol en un parque, de jugar con las mascotas, leer un buen libro y muchas otras más que nos hacen humanos y las que en realidad nos ayudan a ser verdaderamente felices.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario