martes, 22 de agosto de 2017

El pensamiento positivo cura



Hace dos semanas todo en mi vida parecía tranquilo y sin problemas, pero el destino me deparaba algo muy diferente, de pronto un dolor que no parecía tener importancia me llevó al hospital y terminó con una operación de emergencia por apendicitis. Todo pasó tan rápido que ni pude despedirme de mis hijos ni prepararme para lo que iba a pasar, de pronto estaba durmiendo en una cama junto a otras mujeres que tenían padecimientos parecidos y en algunos casos peores. Las primeras noches fueron muy tortuosas no por un dolor propio sino el de mi compañera de la cama a mi mano derecha, una señora no muy mayor que tenía tantos padecimientos que el dolor le quitaba el sueño y sólo lograba pedir a Dios y a su madre que la ayudaran.

Mi operación no fue la más sencilla, pero fue exitosa y por eso debo agradecer a los doctores que me atendieron con toda profesionalidad, pero también con humanidad porque cuando una está asustada y vulnerable lo que más necesita además de ser atendido por profesionales que conocen perfectamente su ciencia es ser cuidada por ellas, pero con ojos de humanidad y empatía.

Por todo esto a pesar de ser una experiencia poco agradable el cuidado cariñoso, informado y profesional fueron los que me ayudaron a mí y a mis cuatro compañeras a mejorar día tras día; es verdad que no todos fueron así porque todavía sensiblemente existen trabajadoras de la salud que olvidan que los pacientes además de estar pasando por dolor físico tienen miedo e incertidumbre que los hacen más vulnerables, para ellas espero que se contagien de sus compañeras que entregan su corazón en cada paciente haciendo por ellos más de lo que sus responsabilidades lo describen.

Pero para una pronta recuperación no sólo influye este aspecto sino el apoyo de las personas con las que convives todo el tiempo que te encuentras en el hospital y por suerte yo tuve compañeras con las que sintonizamos de inmediato a pesar de ser todas diferentes, lo importante fue que teníamos en común nuestros miedos, pero también nuestro deseo de mejorarnos, de volver a nuestros hogares y continuar nuestra vida de la mejor manera.

Los cinco días de mi estadía tuvieron altas y bajas, trataba de mantener un pensamiento positivo por mí misma pero también para compartirlo con mis compañeras y estoy segura que ellas mismas tenían el mismo desafío cada día, sin embargo no era fácil cuando el dolor nos ganaba, o algún otro problema derivado del dolor y el miedo nos arruinaba la jornada y sólo la tristeza parecía quedarse en nuestras mentes y corazones.

No obstante si veíamos que alguna perdía la esperanza, todas nos poníamos a animarla, buscando excusas positivas e incluso gritando que sí se podía, por ejemplo cuando teníamos que lograr el reto de pararnos de la cama solas, sin ayuda, después de la operación, o simplemente acompañando con cariño hasta que le pase el dolor a alguna; tal vez alertar a los médicos y enfermeras si una se ponía mal o simplemente consolar con abrazos a la que lloraba impotente sin saber con certeza lo que le provocaba el dolor.

Cuando una está alejada de sus seres queridos, se hace muy gratificante encontrar personas que higan de una experiencia traumática  algo más llevadero, y poder construir así relaciones de amistad que tal vez no comenzaron en los mejores momentos, pero que serán más sólidas porque pasaron la prueba de fuego de la amistad labrada en los peores momentos.

Después de todo, sólo espero que todos los profesionales en salud sean como los que me atendieron, llenos de pasión y vocación por su labor para que continúen atendiendo a los que más los necesitan y que las personas que tengan que pasar por alguna de estas experiencias tengan presente que el pensamiento positivo, es igual de importante que las medicinas que nos recetan, porque sólo así podremos lograr una recuperación completa y también podremos contagiar a los que estén alrededor nuestro.


Por supuesto que no es fácil y menos en situaciones así, pero nuestro cerebro es poderoso y nosotros debemos saber controlarlo a través del amor, la fe y el deseo de continuar nuestra vida sanos y junto a los que más queremos.

1 comentario:

  1. Que gratificante es saber que una paciente nuestra se haya interesado en mostrar su experiencia dentro de nuestro Instituto.
    Me alegra saber que ya está muy bien saludos

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